¿Cuál es el tiempo de pantalla recomendado por edad?
Las pantallas forman parte de nuestro día a día cotidiano y se han convertido en una herramienta esencial tanto para trabajar como para comprar, relacionarnos o vivir nuestro tiempo de ocio. Ya sea en una tablet, un móvil, un ordenador o una televisión, el tiempo que pasamos delante de los dispositivos electrónicos se ha ido multiplicando con el paso del tiempo, creando nuevos hábitos de vida que no siempre son positivos.
Los niños y adolescentes son usuarios habituales de las pantallas, a tal punto que recientes estudios demuestran que cerca del 69% de los niños y niñas españoles supera el límite de tiempo máximo de 60 minutos exposición diaria al smartphone, ordenador, tablet o televisión que recomiendan los expertos. En Pixpay nos hemos interesado por este tema, para poder darte unos consejos y recomendaciones sobre el tiempo que tus niños deben pasar delante de las pantallas según su edad. Si buscas más información sobre el tiempo de pantalla recomendado por edad, ¡este artículo es para ti!
¿Por qué limitar el tiempo que los niños pasan delante de una pantalla?
El tiempo que los niños pasan delante de las pantallas de los dispositivos electrónicos como tablet, televisión, móvil u ordenador tiene un efecto inmediato sobre el cerebro de los menores, así como en los ojos y en la posición corporal. Las pantallas son una fuente de luz, sonido y movimiento que puede perturbar el sueño y la concentración. Además, los dispositivos electrónicos están programados para generar una subida de la adrenalina en el cerebro del usuario, que provoca adicción. Por ello, es muy importante fijar límites en su uso y enseñar a los menores a valorar el mundo real que les rodea, incitarles a disfrutar de actividades al aire libre y con otros niños y adolescentes y establecer unas reglas sobre los juegos, contenidos, páginas de Internet o redes sociales (Facebook, Instagram, Tiktok…) a las que pueden acceder.
Efectos físicos de las pantallas en los niños y adolescentes
Aparte de la falta de concentración y los trastornos del sueño, una exposición demasiado prolongada a las pantallas puede provocar miopía en los menores, ya que el ojo se acostumbra al enfoque de la visión cercana que se emplea delante de un dispositivo electrónico. Además, el brillo de las pantallas produce mayor sequedad ocular debido a que el parpadeo disminuye.
Además, la luz que emiten los dispositivos cambia los ritmos circadianos de los menores. Según algunos estudios, la exposición a la luz de los dispositivos electrónicos provoca interrupciones en los ciclos del sueño, debido a que evita que la glándula pineal produzca melatonina, una sustancia responsable del correcto descanso y que se fabrica en ausencia de luz. Por lo tanto, cuando los menores están hasta tarde delante de un dispositivo electrónico, están más activos fisiológicamente hablando, ya que el cerebro asocia esa luz azul que desprenden a un periodo de agitación. Para evitar esto, lo recomendable es que dejen de utilizarlos al menos dos horas antes de irse a la cama.
Efectos psicológicos y sociales de las pantallas en los menores
Los niños y adolescentes pasan cada vez más tiempo delante de las pantallas y de los dispositivos electrónicos y menos en juegos que les ayuden a moverse y a socializarse, por lo que desarrollan menos la creatividad, el gusto por la diversión/entretenimiento, la autonomía y el desarrollo psico-motor. Además, según los expertos, el uso prolongado de las pantallas influye sobre la regulación emocional de los menores, y sobre su capacidad de controlar, evaluar y modificar las reacciones emocionales. Así, demasiado tiempo delante de una pantalla digital afecta a nuestra capacidad de desarrollar estrategias adaptativas y generar respuestas adecuadas y flexibles en diferentes contextos emocionales, así como a nuestras habilidades de socialización.
La falta de conciliación laboral, un problema para los padres
Establecer un uso limitado de las pantallas a los niños no siempre es fácil, ya que resuelven (en parte) el problema de la falta de tiempo y de la conciliación laboral imposible de los padres. La pandemia y los nuevos hábitos de trabajo han traído consigo nuevas situaciones familiares, en las que los padres están más presentes en casa, pero no pueden dedicar más tiempo a sus hijos. Por eso, muchas veces los dispositivos electrónicos, ya sea con aplicaciones, páginas web o juegos de vídeo, se convierten en niñeras o compañeros de juegos que suplen las carencias de tiempo de los padres.
Es necesario tener la información suficiente para comprender que demasiado tiempo de exposición a las pantallas no es la solución a ningún problema y que es necesario establecer límites tanto al uso de ciertos dispositivos, como al tiempo que dedicamos a nuestras actividades laborales, para que la conciliación laboral sea posible. Una reflexión conjunta y unas medidas comunes como sociedad se imponen para que la tecnología no remplace la presencia física con nuestros hijos, así como su capacidad para dormir o para crear lazos sociales fuera de las redes.
Recomendaciones para evitar una exposición excesiva a las pantallas
Para limitar el tiempo que pasan los niños y adolescentes delante de las pantallas, con juegos de vídeo, en Internet, en aplicaciones de móvil o en las redes sociales, así como delante de la televisión, la Academia Americana de Pediatría (AAP) recomienda, así como la mayor parte de los expertos, una serie de pautas que hay que establecer en familia, ya que los padres también tienen que dar ejemplo a los más pequeños:
- No usar pantallas una hora antes de ir a dormir ni durante las horas de comida, que serán un momento familiar.
- Establecer un tiempo en familia en el que no se haga uso de las pantallas, del móvil, de los juegos de vídeo o de la televisión, tanto para niños o adolescentes como para los adultos.
- No usarlas mientras se hacen los deberes, ni en la escuela, ni en la calle o en trayectos cortos en coche. No usarlas en parques ni cuando se lleven a cabo actividades físicas en exterior.
- Establecer hábitos saludables de consumo mediático desde pequeños, personalizando un plan de consumo familiar que tenga en cuenta que los niños tienen que dormir entre 9 y 12 horas diarias según su edad, y que además tienen que dedicarle tiempo a la higiene personal, a la comida, a la actividad física, a los deberes y al tiempo en familia. Así, el tiempo de pantallas debería estar supeditado al resto de tareas y obligaciones y nunca quitar horas de sueño o actividad física.
Tiempo recomendado delante de las pantallas según la edad del niño
Visto el impacto de las pantallas en el cerebro de los menores, el tiempo de exposición de los niños y adolescentes a las pantallas de los dispositivos electrónicos debe estar adaptado a su edad, así como los contenidos a los que tienen acceso, los juegos demasiado violentos o las aplicaciones, páginas web o redes sociales que atenten contra su privacidad. Aquí tienes una pequeña guía con algunas recomendaciones según la edad de tus niños:
De 0 a 2 años: nada de pantallas, ya que el cerebro de los más pequeños debe desarrollarse interactuando con las personas que les rodean.
De 2 a 5 años: entre media y una hora al día.
De 7 a 12 años: una hora al día con un adulto delante. Nunca en horas de comidas ni antes de ir a dormir.
Entre 12 y 15 años: una hora y media al día. A estar edad, no dudes en usar el control parental y establecer límites de uso de ciertas redes sociales y aplicaciones.
Con 16 años o más: dos horas al día fuera de sus horarios de estudio. Es mejor que no haya pantallas en los dormitorios.
Establecer hábitos de uso de las pantallas saludables para toda la familia y limitar el uso de los dispositivos electrónicos es esencial para que nuestros hijos puedan crecer sanos y disfrutar de su infancia sin tener que delegar sobre la tecnología su ocio y su tiempo de disfrute. Una verdadera reflexión personal y social se impone en lo relativo a la conciliación laboral, así como al tipo de sociedad que queremos en el futuro. Una reflexión que pasa por el ejemplo y por el uso correcto que los adultos hacemos del móvil, del ordenador o de la televisión. Preservar la vida normal de los niños, el tiempo en familia, el ejercicio o las horas de sueño es indispensable en una sociedad cada vez más dominada por las pantallas y la tecnología.