Cómo solucionar conflictos entre padres y adolescentes

Las relaciones entre padres e hijos/as adolescentes no siempre son fáciles. Cuando nuestros niños llegan a la adolescencia, sus emociones, deseos y necesidades empiezan a cambiar y su conducta de cara al entorno familiar, sobre todo con padres y hermanos, puede modificarse radicalmente. Es aquí donde surge la crisis de adolescencia: ¿qué es y cómo gestionarla? La adolescencia es un momento de cambios y de búsqueda personal, lo que puede alterar el equilibrio familiar y hacer que la convivencia sea menos agradable.

Como padres y madres, debemos ser capaces de comprender sus necesidades de libertad y aceptar ciertas conductas diferentes por parte de nuestros hijos. Ellos, a su vez, deben asumir que, aunque hayan crecido, aún no son adultos ni tienen la suficiente madurez para afrontar muchos aspectos de la vida… ¡la tarea no es fácil ni para unos ni para otros! Por eso, desde Pixpay te vamos a dar algunos consejos para que puedas resolver los conflictos entre padres y adolescentes. El secreto, según los profesionales de la psicología, está en la comunicación, el diálogo y la empatía… ¡aquí te lo contamos todo!

Los motivos de conflictos más comunes entre padres y adolescentes

La adolescencia es como un tsunami, tanto a nivel físico como emocional. Entre los 10 y los 19 años, tus niños/as empiezan a experimentar ciertos cambios en su cuerpo, en su psicología y en sus emociones, que les impulsan a cambiar su conducta de cara a su entorno social y familiar. Además, dicho cambio de conducta puede ser radical y puede perturbar todavía más las relaciones entre los diferentes miembros de la familia.

Los conflictos entre padres, madres y niños/as adolescentes no son raros, es más, a veces son necesarios para que el adolescente construya su propia personalidad, y para que la familia redefina sus límites y establezca las nuevas normas y prácticas que van a regir su convivencia. La mayor parte de estos conflictos suelen venir por las ansias de libertad de los adolescentes y la necesidad de establecer límites y normas por parte de los padres. Estos suelen ser los motivos más comunes de conflictos entre padres y adolescentes:

La rebeldía frente a la autoridad de los padres y madres

La rebeldía es una de las características principales de los adolescentes. Una conducta que se demuestra sobre todo de cara a la autoridad principal y más cercana que es la de los padres y madres. Aunque se sienten adultos y empiezan a tener más libertad, siguen necesitando unos límites para construirse serenamente, y a veces no les es fácil aceptarlo. Esto puede crear conflictos en el entorno familiar, y dañar la relación con los familiares más cercanos (padres, madres y/o hermanos/as).

La falta de comunicación

Una de las causas principales de conflictos entre padres y adolescentes es la falta de comunicación. La comunicación con un adolescente puede resultar complicada ya que, como padres, podemos tener tendencia a seguir tratándoles como los niños que creemos que son. Por eso, adaptar la comunicación y hacerla fluida es un paso imprescindible para evitar conflictos y para su resolución.

Problemas de convivencia

La psicología de los adolescentes cambia según van avanzando en su adolescencia. El desafío a la autoridad de los padres u otros familiares, la aparente apatía o falta de interés por lo que pasa en el ámbito familiar o el incumplimiento de las normas familiares, agravados además por una mala gestión de los incentivos y de los castigos por parte de los padres y madres, pueden traer consigo conflictos y perturbar la convivencia.

El uso de las tecnologías, los dispositivos móviles y las redes sociales

El deseado móvil, los límites del acceso a Internet, el tiempo que pasan online, el uso de las redes sociales, los videojuegos … todos estos temas suelen ser causa de conflictos entre padres y adolescentes desde los 12 años. Sin embargo, es necesario establecer unas normas y límites de uso de las nuevas tecnologías que debemos adaptar a sus necesidades según van creciendo, para fomentar un consumo responsable y respetuoso.

Consumo de drogas y temas sexuales

La rebeldía, la necesidad de encontrarse a sí mismos, la relación con sus amigos/as y las ansias de libertad y de explorar hacen que muchos adolescentes estén atraídos por las drogas (alcohol, tabaco u otras substancias), y que empiecen a tener sus primeras relaciones sexuales más o menos conscientes. El miedo de los padres, la falta de formación e información y la conducta desafiante de los adolescentes suelen exacerbar los conflictos sobre estos temas, que necesitan mucho diálogo, empatía y comunicación para ser abordados.

Empatía y diálogo: la experiencia también debe servir para entender lo que les pasa

Tu experiencia vital como adulto es algo que debe ayudarte cuando te enfrentas a la adolescencia de tus niños. Muchos padres y madres intentan ponerla al servicio de sus hijos sin saber que ellos son los primeros que la necesitan: siempre debemos recordar el momento en el que fuimos adolescentes. Sin embargo, ten en cuenta que el mundo cambia y nuestros hijos/as se enfrentan a desafíos que nosotros no conocimos o que conocimos de otra manera. Estos puntos son esenciales para la resolución de conflictos entre padres y adolescentes de manera mucho más serena:

  • Hablar sinceramente y de manera abierta y documentada sobre los temas más complicados. Drogas, alcohol, primera relación sexual, redes sociales, acoso, respeto…todos los temas pueden ser abordados con tus adolescentes, sobre todo si tienen dudas o curiosidad. Es mejor tratar los temas desde la prevención y no desde la alarma o el miedo, aportando testimonios o datos documentados, así como reforzando las conductas positivas. Si no sabes cómo hacerlo, siempre puedes consultar con profesionales de la psicología, de la educación o seguir alguna terapia en familia.
  • Estar al corriente de su vida, saber dónde está y qué hace, estableciendo además límites y horarios, sin controlar en exceso. Que tengan su espacio, su tiempo, su dinero y su privacidad es tan importante como establecerles normas. En este sentido, es muy importante seguir tanto su vida escolar como saber qué hace durante sus momentos de ocio. Mostrarles confianza, conocer a sus amigos y su entorno, enseñarles la importancia de avisar de sus retrasos o de responder al teléfono son puntos importantes, que deben abordarse desde el diálogo. En cambio, también tiene que tener un espacio para sus propios secretos.
  • Respetar los límites que quiera fijar el adolescente, y dejarle decidir sobre cosas que le conciernen directamente como su ropa, su habitación, los estudios que quiere hacer, el deporte que quiere practicar…
  • Evitar los sermones y los grandes discursos, que no suelen ser eficaces ni hacerles cambiar de actitud. Intentar relativizar los problemas y no ser intolerantes es una buena opción para establecer un diálogo. Abordar temas complicados con la mayor normalidad posible es una buena opción, ya que, aunque no son aún adultos, ya no son niños.
  • Prestarles atención y pasar tiempo con ellos. Puede que ya no sean niños y que sus necesidades hayan cambiado pero muchas actitudes de los adolescentes solo demuestran una necesidad de atención. Pasar un poco de tiempo con ellos cada día, compartir con frecuencia actividades o pasatiempos, son buenas ideas, aunque siempre hay que dejarles su espacio y la posibilidad de decir que no. Sin embargo, si quieres saber ¿cómo hacer responsable a tu hijo adolescente?, es esencial abordar estas problemáticas con comprensión y paciencia.

 

Como ves, las estrategias para resolver conflictos entre padres y adolescentes son diversas y variadas y las familias deben optar por aquellas que se adapten más a sus prácticas y a sus normas de convivencia. La educación emocional de padres e hijos es muy importante en este momento de la vida, así como la empatía y la comunicación por ambas partes. Sin embargo, no siempre es fácil comunicar cada día cuando se está en plena mutación. Los psicólogos y otros profesionales de la psicología pueden ayudaros a afrontar este momento con serenidad, siguiendo cursos presenciales u online o llevando a cabo una terapia. Esto proporciona a los familiares estrategias para resolver los conflictos adaptadas a cada uno. La conducta de los adolescentes no es algo raro, sino el fruto de un momento vital de transición. Sin embargo, si ciertas conductas te resultan demasiado complicadas o extrañas, no dudes en buscar información o consultar con los profesionales de la psicología o de la educación.