Cómo saltar un grado escolar: el proceso de flexibilización

Saltar de grado escolar en el sistema de educación público es posible para aquellos niños y niñas que hayan demostrado tener altas capacidades. Este proceso, también conocido como flexibilización escolar, consiste en hacer saltar un año o curso a un alumno o alumna con un alto desempeño académico, siempre y cuando presente un alto nivel intelectual y se le hayan aplicado el resto de las medidas curriculares y extracurriculares. Saltarse un curso suele causar cierta preocupación en el centro educativo y en las familias, pero se ha demostrado que atiende de manera positiva a las necesidades de los alumnos con altas capacidades intelectuales (AACC), tanto a nivel académico como social y emocional. Si te estás planteando que tus niños hagan un salto de curso, ya sea en escuelas de primaria o secundaria, en Pixpay te vamos a dar toda la información necesaria para que evalúes esta opción y puedas presentar tu solicitud. ¡Sigue leyendo este artículo!

¿Cómo saber si mi hijo tiene altas capacidades intelectuales?

Nuestros hijos no paran de sorprendernos y al observarles podemos tener la impresión de que sus capacidades son mayores que las de los niños de su edad. Si bien puede ser perfectamente el caso de tus hijos, los niños con altas capacidades intelectuales (AACC) suelen presentar unas características bien precisas, y llaman la atención tanto de profesores como del resto de los profesionales de la educación o de la salud infantil por tener muy desarrolladas ciertas habilidades. Según la Asociación Española de Pediatría (AEP), un alumno con altas capacidades es aquel que muestra una elevada capacidad de rendimiento en las áreas intelectual, creativa y/o artística; es original y posee capacidad de liderazgo, o sobresale en áreas académicas específicas.

Los tres anillos de Renzulli para detectar estudiantes con altas capacidades

Según Joseph Renzulli, psicólogo educativo estadounidense y director del Centro Nacional de Investigación sobre los Dotados y Talentosos de la Universidad de Connecticut, hay tres factores que se engarzan como anillos y que determinan si un alumno posee altas capacidades y debe saltarse un año:

  • Una capacidad intelectual superior (es decir, cociente intelectual igual o superior a 130).
  • Un alto nivel de creatividad.
  • Compromiso e implicación en tareas de alta complejidad intelectual ligadas a sus áreas de interés.

 

Estos factores, unidos a la personalidad y a los factores ambientales, influyen en el comportamiento de este tipo de alumnos, que, a pesar de tener unas capacidades superiores al resto del alumnado, pueden sentir que el colegio no presenta retos para ellos, pueden aburrirse en clase y no querer estudiar y no obtener buenos resultados académicos e incluso tener que repetir año.

¿Qué es la flexibilización o salto de curso?

La flexibilización o aceleración total (también llamada “salto de curso”) en las escuelas es una medida educativa que tiene como objetivo satisfacer las necesidades del alumnado de altas capacidades, tanto a nivel académico como socioafectivo. Este tipo de medidas ofrecen al alumno una experiencia educativa positiva, adaptada a sus capacidades y habilidades, en la que se sienta a gusto y pueda aprender y permanecer motivado en el colegio o instituto todo el año. Según el Ministerio de Educación, la tasa de abandono escolar en España se situó en el año 2022 en un 13,9%. De este porcentaje, entre el 30 y el 50% corresponde a alumnos que están considerados con altas capacidades.


La flexibilización o aceleración de curso es una de las posibles estrategias dentro del sistema educativo público, que se utiliza con alumnos con altas capacidades intelectuales. Esta medida significa saltarse un año escolar para equiparar el nivel, la complejidad y el ritmo del plan de estudios con la preparación y la motivación del estudiante. La solicitud de flexibilización de un grado escolar debe ser tramitada por los directores de los centros educativos (públicos o privados) con el acuerdo de los padres y de los estudiantes.

Antes de hacerle saltarse un curso…


Sin embargo, esta medida no se debe aplicar de forma sistemática en las escuelas. Antes de llevarla a cabo se deben agotar las otras medidas que están previstas en estos casos: adaptación de tareas y metodología en el aula, entre otras. Cada caso deberá analizarse bien, adaptando la medida cuando sea necesario, buscando el acuerdo tanto del alumno como de padres, profesores y otros profesionales de la educación y de la salud infantil.  Se deben valorar no sólo las capacidades intelectuales del niño como estudiante, sino también el nivel de madurez en el que están, ya que los alumnos con AACC suele presentar una falta de sincronía entre su nivel intelectual y madurativo.

 

Además, debemos tener presente que este tipo de estudiantes pueden tener dificultades en sus relaciones sociales con niños que tendrán un año o más que ellos. El equipo de orientación del colegio, el profesor tutor del centro educativo y la familia han de asegurarse de que el niño está capacitado para asumir este cambio. Además, hay que contar también con la aprobación del alumno mismo, ya que debe estar motivado y asumir la nueva situación. Para ello, es necesario llevar a cabo una buena preparación y un adecuado acompañamiento emocional del alumno.

¿Cómo saltar un grado escolar?

Para que un niño pueda saltarse un grado escolar, es necesario evaluar la capacidad cognitiva y de madurez del alumno y planificar una estrategia de adaptación acompañada de un seguimiento, tanto por parte de los padres como de los profesores. No se le puede decir a un niño: “Vas a saltarte un curso y tendrás que adaptarte al nuevo nivel y a un alumnado más mayor por ti mismo”. La falta de acompañamiento y de seguimiento podría ser un problema para el estudiante, que tendría serias dificultades y podría repetir los patrones de fracaso escolar que ya ha vivido anteriormente.
Para que la flexibilización sea positiva, el proceso se tiene que adaptar al máximo a las necesidades del estudiante. El centro educativo siempre tiene que velar por los intereses del alumnado y por su propio bienestar.

¿Cuándo llevarlo a cabo?

Esto depende del estudiante y de su madurez. Cuanto más mayor sea el niño, más complicada puede resultar su adaptación ya que, por ejemplo, los estudiantes de secundaria y bachillerato ya suelen tener su grupo de referencia en su promoción y estar integrados en sus clases. El mejor momento para saltarse un grado escolar no es entonces la secundaria, sino la etapa de educación infantil y primaria (entre los 6 y los 12 años). En estas etapas, las relaciones sociales de tus niños son más limitadas. En educación infantil y en el inicio de educación primaria, los niños no cuentan con un grupo de referencia en las escuelas y el cambio no es muy drástico. A partir de los 12 años, tanto la repetición como la flexibilización son más difíciles para los niños.


En España, cada comunidad autónoma tiene su propia legislación sobre flexibilización y las edades y el número de veces que se puede aplicar pueden variar de una comunidad a otra. Pide información en tu comunidad antes de llevar a cabo tu solicitud de salto de curso para tu o tus niños.

Hacerlo de forma progresiva

La mejor manera para que el niño se adapte bien a su nuevo grado y que no tenga problemas con las clases ni con un alumnado más mayor que él, es hacer la flexibilización de forma progresiva en las escuelas.  Lo ideal es que el futuro alumno conozca el nuevo ambiente de las clases, a sus futuros compañeros y profesores antes de cambiar de año. En las asignaturas en las que el niño tenga mayores habilidades, se puede llevar a cabo un cambio gradual, que puede empezar desde el curso escolar actual.

Acompañamiento por parte de los profesores

Tanto el futuro profesor como el actual deben realizar, junto con el departamento de orientación, una adaptación curricular para el nuevo curso escolar, y acompañar al niño durante todo el proceso. De esta forma, conseguiremos que el niño no se frustre al saltarse un año y consiga mantenerse motivado para lograr el éxito académico esperado.  Una vez terminado el proceso de salto de curso, la familia, el alumno y el centro (público o privado) tienen que valorar conjuntamente si la medida ha dado sus frutos, y si el bienestar esperado para el niño está a la altura de las necesidades identificadas en el mismo.

 

Esperamos que este artículo te haya ayudado. La repetición es una estrategia muy utilizada en las escuelas e institutos, ya sea en primaria, secundaria o bachillerato, para que el alumnado que tiene más dificultades pueda estudiar en el sistema escolar a un ritmo más adaptado a ellos. En el caso contrario, para el alumnado con altas capacidades, la flexibilización es una buena herramienta para un alumnado que corre el riesgo de no querer estudiar por falta de motivación intelectual. Sin embargo, antes de separar a los niños del resto de sus amigos o compañeros de promoción, hay que evaluar si él tiene ganas de saltar un año y si está preparado psicológicamente para hacerlo.